El patrimonio neto se calcula restando el total de tus deudas del valor de todos tus activos. Incluimos propiedades inmobiliarias, cuentas bancarias, inversiones en bolsa, planes de pensiones, vehículos, joyas y otros bienes de valor. También consideramos hipotecas, préstamos personales, deudas de tarjetas y cualquier otro pasivo financiero.

Recomendamos una revisión trimestral para seguimientos básicos y una evaluación completa cada seis meses. Sin embargo, después de cambios significativos como comprar una propiedad, recibir una herencia o cambios laborales importantes, es aconsejable actualizar inmediatamente los cálculos para mantener una visión precisa.

Para activos como propiedades, utilizamos comparables de mercado y tasaciones profesionales. Para inversiones privadas o participaciones empresariales, aplicamos múltiplos de valoración sectorial. Los bienes personales se valoran por su precio de reposición actual, considerando la depreciación cuando corresponde.

El patrimonio bruto es la suma total de todos tus activos sin considerar las deudas. El patrimonio neto es el resultado de restar todas las deudas del patrimonio bruto, mostrando tu verdadera riqueza. Esta distinción es crucial porque una persona puede tener muchos activos pero si sus deudas son proporcionalmente altas, su patrimonio neto real será menor.